"todavía me da miedo Lima": una conversación con Octavia de Cádiz
hablando con Octavia de Cádiz sobre el chikipunk, Echenique, y el anonimato
Descubrí la música de Octavia de Cádiz en 2018. Fue uno de los misterios del algoritmo: Spotify me recomendó Lima no me quiere, y yo me obsesioné. Escuché de golpe todo su catálogo, que abarca diez años, fascinada con la dulzura y la vulnerabilidad de sus letras. Casi todas las canciones de Octavia se estructuran alrededor de una guitarra y su voz, algunas solo a base de la repetición de un par de versos (y si empiezo a caer / no pasa nada). Una corriente de intimidad recorre su música: escucharla se siente como haber descubierto un secreto.
Secretos: nadie conoce la identidad real de Octavia. El anonimato, sumado a la candidez de sus canciones, le han creado un grupo de oyentes pequeño y ferviente. En 2018 la llamaron una influencia subterránea que empieza a florecer, y un blog ahora desaparecido dijo que era una de las joyas escondidas de la escena indie limeña. Esa una de las pequeñas maravillas de nuestra era: alguien puede empezar algo en su cuarto, subirlo al internet, y oírlo resonar, crecer en el mundo.
Hace unos días conversé con Octavia. Hablamos sobre sus influencias musicales y literarias, el chikipunk, Echenique, y el anonimato. Abajo pueden leer nuestra conversación, que ha sido editada y condensada para mayor claridad.
Quisiera escuchar un poco acerca de tu proceso artístico, y de cómo fue que empezaste a componer.
Empecé a tocar guitarra como a los catorce años, porque mi hermano mayor y mi papá tocaban en casa. Mi hermano también componía sus canciones desde súper chico (y ahora tiene una banda), entonces siempre vi su proceso. Empecé a aprender un poco viéndolos a ellos, un poco por mi cuenta. Siempre algo muy básico: hasta hoy creo que se nota que solamente toco cinco notas. Pero siempre me ha gustado escribir. Siempre he tenido cuadernos donde escribo, diarios, cosas así.
A los quince hice mi primera canción. En esa época tenía un MP3 de esos chiquititos, y la grabé ahí, y luego la escuchaba yendo al colegio. Me parecía chévere. Hasta ahora la recuerdo y me gusta, aunque es bien feeling igual, eso de recordar tu primera canción.
Y mi proceso es bien orgánico: a veces cojo mi guitarra y me pongo a tocar, tocar, tocar, y de pronto empieza a salir algo nuevo. Cuando siento que está sonando chévere al toque cojo mi celular y me pongo a grabar hasta que me aburro, o digo no, esto suena horrible, y me olvido del tema por varios días. Luego vuelvo a coger mi celular, escucho lo que grabé y me doy cuenta que si hay algo que me gusta. Cojo esto, lo meto a mi GarageBand, le meto un efectito, si por ahí quiero le agrego algún punteito o un acompañamiento. Y al toque lo lanzo al Bandcamp. A veces sí me cuestan las letras—es la parte del proceso que me cuesta más. Todo mi proceso es bien torpe, pero tampoco tengo intención de hacerlo más pro. La manera como fluye el hacer mis canciones es la manera como me gusta. Además me gusta ese sonido medio cochinito, medio naif, medio DIY.
¿Qué te atrae de esta estética DIY?
Todo. O sea, a ver. En la época del colegio yo no era de las chicas cool. Tenía amigas, pero siempre he sido un poco ensimismada, tenía un rollo nostálgico un poco raro. Y todos los fines de semana estaba yo en mi cuarto, escuchando música y escribiendo. Ese era mi rollo. Entonces mi cuarto siempre ha sido mi santuario, una protección. Necesito estos momentos de estar sola en mi cuarto haciendo cosas: valoro mucho eso. Y me acuerdo que vi un documental de Kathleen Hanna, la vocalista de Bikini Kill, que se llama The Punk Singer. Ahí ella hablaba de este santuario, tu habitación, que es tu lugar de creación, tu mundo propio, donde haces tus fanzines, tocas tu guitarra, escuchas tu música, ¿no? Es como tu espacio hermoso. Y luego, un tiempo después, leí Una habitación propia, que me recordó mucho a esto de mi cuarto. El que mi música salga desde mi habitación, y que haya incluso un término para describir esta música, como bedroom pop… no sé, siento que calza todo perfecto.
Y además del riot grrrl, ¿quiénes son tus influencias musicales?
Yo crecí escuchando mucho chikipunk, o sea, Diazepunk, Asmereir, La Forma... Bandas gringas también: era muy fan de Blink-182, Fenix TX, The Ataris… Punk, pop punk, chikipunk. Iba mucho a conciertos: esa era mi onda en el colegio.
Ya cuando empecé a crecer empecé a escuchar más géneros, especialmente la música de autor. Descubrí a Nick Drake, a Elliott Smith, a Lucy Rose, a Damien Rice, a Carla Morrisson y Javiera Mena en sus inicios. Hay una chica que amo que se llama Whatever, Dad que también es vocalista de otra banda, Crying. Y Adrianne Lenker, en sus discos de solista y en su trabajo en Big Thief. Siempre me han llamado la atención esos proyectos de sólo guitarra, sólo voz. También por el mismo hecho de que cuando empecé a crecer me fui dando cuenta que tenía ciertos problemas con mi salud mental, con ansiedad social, depresión, y comencé a descubrir todos estos músicos con letras que iban por esos lados. Toda esa música me afectó mucho, y siento que ha influenciado mucho lo que suelo escribir.
También creo que es que Octavia nace de mi estar triste. No saco música desde hace unos tres años y es porque siento que he estado un poco más estable; me cuesta, de pronto, tocar y que me salgan letras. No me sale hacer música alegre, no sé cómo hacer eso. Entonces, eso. Octavia sale de mis momentos más como tristes, y creo que se nota.
Me recuerda un poco a las primeras demos de Liz Phair, en Girly-Sound, o a momentos de la música de Mitski.
Pucha, me han comparado con Mitski, pero nunca he entendido la referencia. O sea, sólo conozco la música más actual de Mitski, sus discos más modernos. Fácil es sus primeros discos.
Sí, un poco también las letras de Puberty 2 o Makeout Creek. Lo digo porque, personalmente, el segundo verso de Lima no me quiere está ahí arriba al lado de cualquier cosa que haya hecho Vallejo. Pero háblame un poco más de tus influencias literarias, tus libros favoritos.
(Risas) Pucha, qué loco. Ese verso es recontra real, porque me acuerdo que en el 2011 me dio una depresión bien pendeja y me agarró feo la agorafobia. De ahí salen muchas de esas canciones. A veces me da pena escucharlas, porque me llevan a momentos que no son chéveres pero que al mismo tiempo me han servido para crear cosas más allá de la música.
Hubo una época, igual, en la que me fui muy adentro de cosas muy sad. Me afané por un tiempo con Alejandra Pizarnik, me compré un libro de todos sus poemas. Luego me afané con Joy Division e Ian Curtis, que su historia también terminó en un suicidio. Pero no sé si líricamente me han influenciado, porque siento que sus letras son mucho más profundas, y yo siento que mis letras son más naif.
También me gusta mucho Bryce Echenique, de ahí el Octavia de Cádiz. Soy muy fan de sus libros, de La vida exagerada de Martín Romaña y El hombre que hablaba de Octavia de Cádiz, Tantas veces Pedro, La amigdalitis de Tarzán. Bryce tiene una manera de escribir que me afecta mucho. Lo asocio a los guiones de Wong Kar-wai, a Chunking Express, porque también me gusta mucho el cine.
Esta conexión entre Wong Kar-wai y Echenique me parece increíble.
Esas épocas en las que me encerraba en mi cuarto lo único que hacía era ver películas. Tenía la suerte que mi hermana iba a Polvos Azules y regresaba con veinte mil películas: entonces en esa época descubro a Wong Kar-wai, Kim Ki-duk, Hou Hsiao-hsien. Siento que de alguna manera estas películas también se conectan con Octavia, por los mismos personajes, que son un poco sads. Y siento esa conexión de ambos con los libros de Alfredo Bryce, que tienen unas frases que son tan de Wong Kar-wai de pronto, no sé.
Todos tus EPs usan láminas Huascarán como tapas. ¿Por qué?
En mi época escolar las láminas Huascarán eran necesarias, una obligación. Ya cuando estaba en la universidad me compré una agenda y no me gustó su diseño, me parecía monse. Entonces fui a una librería por mi casa, en Santa Anita, y me acordé de las láminas. Le pregunté al chico si tenía láminas Huascarán y me dijo claro, qué temática estás buscando, pensando que era un trabajo del colegio o algo así. Le dije no, no, préstame todo tu paquete y voy a ir viendo una por una.
La primera que encontré fue los accidentes, que es la primera imagen de Octavia. Y me resultaron tan curiosas esas imágenes de estos niños que están por morirse, prácticamente. Sentía que, de alguna manera, se conectaba con mi música, porque yo siento que mis canciones tienen este aspecto medio dulce, supongo que por la voz y las melodías, pero las letras son tristes, ¿no? Hablan, no sé si de manera explícita, sobre depresión y ansiedad y todos estos temas.
Me afané ese día, me compré la lámina de los accidentes, me compré la de la drogadicción, me compré varias que todavía tengo y las empecé a usar como portadas de las primeras canciones que comencé a soltar. Cuando estaba por lanzar mi primer EP, Te voy a matar, empecé a componer una foto que había tomado, pero sentía que no era. Y regresé de nuevo a las láminas, y dije sí, esto es. Esta es la imagen que representa mis letras y mi música.
¿Sientes que, más allá de esto de las láminas Huascarán y Echenique, tu música está marcada por tu presencia geográfica en Lima?
Soy de Lima, pero no sé si mi música ha sido moldeada por eso: siento que no he escuchado algo en Lima que haya influenciado directamente a Octavia de Cádiz. Octavia tiene elementos del chikipunk en el DIY, y alguna vez algún amigo me ha dicho que alguna de mis canciones las podría convertir en punk. Pero musicalmente, no. Yo creo que es quizá más en las letras. Todo el tema de Lima no me quiere fue porque no estaba saliendo de mi casa, y cada vez que salía sentía una ansiedad horrible. La ciudad es ruidosa, tiene mucha gente, y me daba miedo. Incluso ahora, estando más estable, todavía me da miedo Lima.
¿Cómo decidiste empezar a publicar tu música en Bandcamp?
Al inicio sentí roche. Yo, no Octavia, soy reservada, y no me gusta mucho contar mis cosas. Con Octavia de pronto me estoy abriendo full, y tenía un cierto miedo de que la gente sepa qué es lo que estoy sintiendo. Pero a la vez no quería sólo tener estas canciones y guardarlas, quería subirlas bajo un seudónimo y que estén ahí afuera.
Antes tuve un par de proyectos musicales más. En esa época subíamos la música a Myspace y Pure Volume. Pero justo entonces descubri Bandcamp, y empecé ahí. Después conocí a un músico dentro de la escenita local y él me incentivó a que haga todo esto “más en serio.” No sé si llegaste a escuchar esta canción, Fundamental, que suena más como una banda. Al final pedí que la eliminaran porque sentí de pronto que había mucha influencia externa. Fue como ala, no, eso no soy yo. Decidí regresar a mi origen que es simplemente yo, mi guitarra, mi GarageBand, mi grabador del iPhone y nada más. Siempre he sido yo haciendo todo, a excepción de Fundamental, que la desaparecí del mundo del internet (sigue existiendo la versión original) y La del jardín, que sí me gustó.
Y sí tuvo algo de impacto el compartirlos. A mi me pasaba, y a veces todavía me pasa, que siento que todos mis problemas de la cabeza son cosas que sólo yo tengo. Ver de pronto que otras personas escuchaban mi música y me escribían y decían oye, yo me siento igual, yo me siento tal cual, yo me siento así… Fue como, pucha, no estaba sola sintiendo todas estas cosas. Fue chévere eso.
Cuando la gente habla de tu música salen las frases joya escondida, artista de culto. ¿Cómo fue ese trayecto desde que comenzaste a postear hasta que llegó a este reconocimiento under?
No tengo idea. Necesito que alguien responda esa pregunta por mi. Y me da mucha palta cuando dicen eso de de culto, me palteo horrible, de verdad, me da roche (risas). Algo tiene que ver el que es un proyecto anónimo, creo que eso aporta bastante a que quizás se haya convertido en esto que dices. No sé de qué otra manera, porque siento que no es que sea algo muy especial.
De hecho, en un inicio yo tenía la intención de tocar en vivo, pero por el mismo hecho de que odio ser el centro de la atención, y soy muy tímida, y me da roche, me di cuenta que iba a ser imposible. Amigos que ya sabían quién era me invitaron al Lima Pop Fest y me dijeron tocas tempranito, habrá cinco personas. Y dije no, así haya una persona, va a ser horrible, o voy a cantar mal y me va a salir un gallo, y la gente va a salir súper decepcionada de quien soy.
Creo que también tiene que ver con la idea de que yo he podido conocer en persona a músicos que admiraba demasiado, y una vez que los he conocido siento una gran decepción porque, claro, uno tiende a idealizar a la gente que admira. A veces me olvido de que son personas y seres humanos que la cagan, y siento que eso va a pasar conmigo una vez que las personas sepan que soy yo o me vean tocando en vivo. Siento que toda la magia se va a perder y mi proyecto va a morir olvidado, no sé. Y, claro, siempre he tenido el miedo de tocar en vivo, pero también me gusta el hecho de que siga siendo anónimo. Ayuda al misterio.
Es la mística.
Sí.
Tengo una serie de preguntas ráfaga.
Me da miedo, pero ya.
No, yo tampoco nunca he hecho esto. Primera pregunta: ¿Crees en el horóscopo?
Sí.
¿Qué signo eres?
Capricornio y… espérate, eso lo tengo que chequear en mi Co – Star. Déjame confirmarte, porque esto es muy importante. Soy… Capricornio, luna en Virgo, ascendente en Aries.
Lo que más odias de Lima.
Los limeños, incluyéndome.
Lo que más te gusta de Lima
Los perritos. ¡El mar!
A que momento de la historia volverías.
Los años cincuenta en Nueva York, para poder ir a ver a Chet Baker o toda esta escena de la generación Beat.
Helado favorito de D’onofrio.
Frio Rico de vainilla.
La primera vez que sentirste que compusiste una buena canción.
La primera canción que hice se llamaba Tu mundo. Tenía quince. Seguro antes hice otras, pero no las recuerdo.
Un ídolo.
¿Idolo, ídola, ídole?
Ídolx.
Hay mucha gente que admiro. Voy a volver a decir Chet Baker, porque lo amo mucho.
¿Qué musica estás escuchando ahora?
Justo hoy día estuve escuchando Metamorphosis. Me gusta mucho Destroyer, y estoy escuchando mucho a mi amiga Arlo Parks, que la amo. Y también The Radio Dept, Amyl and The Sniffers y lo nuevo de Kurt Vile.
Antes de acabar, quiero saber si hay algo de lo que quisieras hablar sobre lo que yo no te haya preguntado.
Es una pregunta que me hago a mi misma: cuándo voy a lanzar algo nuevo. Justo de eso hablaba con mi hermano ayer. Me preguntó hace cuánto no hacía una canción nueva, y yo dije 2019, más o menos. Estoy en una época rara ahorita, más centrada en lo que hago fuera de Octavia. Cuando cojo la guitarra y no sale nada me siento mal, y me da pena, porque tengo ganas de lanzar algo nuevo pronto pero no sé, no me viene la inspiración. Igual supongo que son momentos y épocas. Espero que sea pronto, porque extraño sacar algo. Extraño a Octavia. Sin la parte sad, claro.
qué vergüenza es una newsletter mensual sobre libros y otras cosas. fue un placer poder conversar con la real ícona: muchas gracias a octavia por su tiempo y sus respuestas. ella también curó una playlist con algunas de sus canciones favoritas (la pueden escuchar aquí). y si ya leyeron hasta acá, suscríbanse, pues (es gratis):
eso es todo, amix. nos vemos en abril<3